Revive un libro que moldeó Asturias

FUENTE: La Nueva España

Contenía la legislación para la organización eclesiástica y la labor pastoral de la Iglesia asturiana y por eso fue durante más de doscientos años, hasta casi el siglo XIX, uno de los libros que más influencia tuvo en la vida cotidiana de Asturias.

Pese a su importancia, tan solo quedan tres ejemplares originales, y muy desgastados por el uso. Ahora, para devolver a la vida a esa joya bibliográfica y con motivo de la celebración de LibrOviedo, la asociación de libreros de la capital ha hecho una edición facsímil de las “Constituciones Synodales del Obispado de Oviedo”, de 1608. Una “auténtica joya literaria” –en palabras de Juan José Tuñón, canónigo de la Catedral– cuya primera edición fue a hacerse a Valladolid.

Esta edición facsímil continúa una tradición iniciada por los libreros ovetenses en 1995, que consiste en la recuperación de algún libro histórico de temática asturiana. Este año, para sincronizar la publicación con la celebración del 1.200.º aniversario de la consagración del primer altar de la Catedral de Oviedo, los libreros optaron por la sinodales del obispo Juan Álvarez de Caldas. Así lo indicó en la presentación del volumen Carlos Fernández Llaneza, experto en la historia ovetense y colaborador de LA NUEVA ESPAÑA, quien también repasó algunos de las ediciones de este tipo que se hicieron en los últimos años con motivo de LibroOviedo.

En el acto, celebrado en la sede del Real Instituto de Estudios Asturianos, fue Juan José Tuñón Escalada quien detalló la importancia del libro, una especie de manual de uso eclesial con el que debían de contar todos los párrocos de Asturias y que contribuyó a “abrir la región a las corrientes de la reforma del Concilio de Trento que marcaron la vida europea del momento”, explicó Tuñón Escalada. La edición original fue de 1.200 ejemplares. Hoy solo quedan tres, en la Catedral, en la Biblioteca de Asturias y en la de la Universidad. El de la Catedral está incompleto y los otros dos, muy usados y con anotaciones, por lo que esta edición facsímil ha sido “una proeza”, según Tuñón.

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